Leía la contraportada del libro mordisqueándose el labio, debatiéndose entre comprarlo y quedarse sin almuerzo o dejarlo de nuevo en la estantería de la tienda. Miró a su alrededor, descendiendo de la nube en la que se encontraba. El mundo estaba cambiando. La gente no quería verlo, pero era así. Se escuchaba el murmullo de varios clientes, pero pronto quedaron relegados a un segundo plano cuando el eco de unos gritos atravesaron la cristalera de la tienda. Nicole se apresuró a observar a través del cristal, todavía con el libro entre las manos. Una aglomeración de personas corría en la misma dirección, sin control y afectadas por la histeria. Esquivaban los coches que se habían detenido en mitad de la calzada, colapsando el tráfico. Nicole notó su corazón bombeando bajo la fina capa de piel que lo cubría. Algo estaba sucediendo fuera. La gente trataba de guarecerse en los locales de las plantas bajas entre empujones y arremetidas. Una estampida. Varios de los clientes de ...