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Mostrando entradas de septiembre, 2015

El tenedor.

Él esperaba sentado en la lancha a que sus compañeros terminaran de ajustarse los trajes de neopreno. Se frotaba las manos con nerviosismo, pues ésa era la primera vez que podía acompañarles en una expedición submarina. Se levantó enérgicamente cuando le tendieron las gafas de buceo, permitiendo que uno de sus compañeros le ayudase a ponerse la bombona de oxígeno bien asegurada en su espalda. Los nervios estaban a flor de piel. Deseaba ver el arrecife de coral con sus propios ojos y descubrir las especies acuáticas que vivían en él. El corazón le palpitaba desenfrenado. Se puso las aletas y se sentó en el borde de la lancha, de espaldas al agua. —Recordad —la voz grave del jefe de expedición quedó ahogada por el ruido de las olas—; nada de separaros del grupo. En caso de que alguien se desoriente o acabe perdido, que apriete el botón rojo del transmisor —Jonathan le miraba emocionado, deseoso de poder sumergirse cuanto antes. Sin embargo, su compañero siguió hablando—. Vuestros relo