A finales de 2016 publiqué esta entrada donde anuncié buenas noticias: ¡por fin había terminado mi primera novela! Estaba muy ilusionada y bueno, hoy vengo a hablar un poquito de cómo han ido las cosas durante todos estos meses. Allá voy: Terminé mi obra en septiembre de 2016 y la dejé «reposar» hasta el verano de 2017 (creo que agosto o principios de septiembre, no lo recuerdo bien). Durante todos esos meses no abrí el documento en ninguna ocasión, no releí nada y evidentemente, tampoco corregí nada. Esto lo hice principalmente porque quería mantener las distancias con mi novela, desapegarme de ella para en el futuro ser lo más objetiva posible a la hora de corregirla. (Además, mis estudios me tenían muy muy liada. Básicamente estaba viviendo un infierno académico y personal). El caso es que cuando llegó la hora de la corrección, me imprimí el documento y… Ay, Virgen Santísima. Entonces empezó la tortura. Mi novela estaba llena de repeticiones, de palabras que no estaban repet...