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Bruja.

Una flecha me atravesó el muslo, haciéndome caer de bruces contra el suelo del bosque. Intenté controlar un grito de dolor para no desvelar mi posición, pero ya era tarde; sabían donde me encontraba. Llegaron a los pocos segundos, montados sobre sus caballos e iluminando la oscuridad nocturna con antorchas.
–Ya es nuestra –afirmó uno con una risa desdeñosa.
Me lanzaron una red que me inmovilizó por completo y la ataron a la silla de uno de los caballos. Se pusieron nuevamente en marcha, arrastrándome con ellos por el frondoso bosque. El dolor de la pierna se incrementó con el ajetreo, lo que provocó que la sangre fluyera con soltura, dejando un reguero carmesí en la tierra seca. Cuando llegamos al pueblo me condujeron directamente a la plaza, donde me esperaba una plataforma con una gran viga de madera puesta en vertical y diversos trozos de leña a su alrededor.
Un hombre me quitó la red de encima y me levantó del suelo con brusquedad. Estaba prácticamente inconsciente cuando decidió atarme al fuste y prenderle fuego a la leña. Comprobé con horror que los aldeanos se habían reunido alrededor de la pira, observando el macabro espectáculo mientras me llamaban bruja.
Las llamas me lamieron la piel con avaricia, enrojeciendo mi carne y produciéndole heridas irreparables. El dolor era tan insoportable que salí de mi inconsciencia mientras dejaba escapar un grito de histeria.


* * *


La gente continuó abucheándola incluso después de que su cadáver se desplomara contra el suelo, completamente calcinado e irreconocible.
–¿Qué había hecho? –le preguntó una mujer a uno de los hombres que la habían cazado, sin poder reprimir su curiosidad.
–La gente dice que mató a su marido.
La aldeana abrió los ojos, sorprendida.
–¿Cómo ocurrió?
El hombre guardó silencio durante unos instantes, decidiendo si debía contárselo o no. Al final accedió, consciente de que gracias al miedo la gente se volvía sumisa y obediente.
–Nos han llegado rumores de que, mientras cenaban, hizo que se atragantase con un hueso y muriera asfixiado.
La mujer se llevó una mano a la boca, asustada.
–¿Cómo lo hizo? ¿Con algún hechizo?
–Peor; con un beso.

Comentarios

  1. Me ha gustado mucho :) A diferencia de "Drugs", que no me entusiasmó tanto :/
    Sigue así ^^
    Un beso!

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  2. Me encanta como escribes
    me pondre a leer mas relatos tuyos
    un beso

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