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Como el color de mis ojos.

Se aferró con fuerza a los barrotes que formaban la desvencijada puerta del cementerio y colocó el pie derecho en uno horizontal para poder escalarla y pasar al otro lado.
Sus dos amigas llegaron hasta allí cubiertas por una fina capa de sudor, exhaustas después de una larga carrera, con el cabello pegado a la cara y respirando entrecortadamente.
–¡Eh, Violet! –la llamó una de ellas–. ¿Qué coño estás haciendo?
La muchacha sonrió con picardía, estirando sus labios carnosos y mostrando unos dientes pequeños y perlados.
–¿No tenéis curiosidad por saber cómo es el cementerio de noche? –les guiñó un ojo y comenzó a escalar por la puerta de hierro.
–Pues es exactamente igual que cuando es de día, pero sin luz solar –explicó una, intentando que entrase en razón.
–Y mucho más tétrico –añadió la otra, contemplando angustiada como la joven llegaba a lo más alto de la puerta y pasaba una pierna al otro lado.
–Por eso mismo –su sonrisa se hizo más amplia–. Será una nueva experiencia que nunca olvidaremos.
Una de sus compañeras se cruzó de brazos, a la defensiva.
–Eso seguro.
Violet puso los ojos en blanco.
–Venga ya, chicas. No va a pasar nada. ¿Quién va a haber dentro de un cementerio a las dos de la madrugada? ¿El vigilante? Pues si le vemos nos vamos por donde hemos venido y ya está. Fin de la historia.
–¿Cuánto tiempo vamos a estar dentro? –su amiga pareció ceder a regañadientes, consciente de que Violet sería capaz de entrar ella sola y dejarlas a las dos ahí plantadas junto a la puerta.
–Poco. Quince minutos como mucho –respondió.
–Eso es demasiado –se quejó una.
La muchacha se encogió de hombros, pasó la otra pierna al otro lado de la puerta y comenzó a descender con rapidez.
–Como queráis. Nos vemos en un cuarto de hora –se despidió sonriente, haciendo un gesto con la mano.
Sus amigas vieron como se alejaba a paso ligero, directa hacia el corazón del cementerio.
–La madre que la parió –masculló la más reticente.
Antes de que pudieran darse cuenta, ambas estaban escalando la puerta de hierro tal y como había hecho su amiga hacía unos segundos, incapaces de dejarla sola.


* * *


Tuvieron que correr para poder alcanzarla, ya que había avanzado con rapidez, a punto de perderse entre la oscuridad que reinaba en la zona.
–¿¡Se puede saber qué coño haces, Violet!? –le espetó una, sujetándola por el brazo y haciéndole dar media vuelta para encararla.
La joven se llevó el dedo índice a los labios, instándola a que se callara.
–Disfruta del silencio –sugirió, en un susurro.
Sus amigas se miraron las caras, pensando que el silencio que había en aquel lugar era aplastante e irremediablemente incómodo. En cambio, la joven parecía sentirse a gusto.
–Vámonos, por favor.
Violet la ignoró, sonriente.
–¿Notáis los nervios aflorando en vuestros estómagos?
–¿Qué? –la miraron con las cejas arqueadas hacia arriba.
–Sí, ese cosquilleo que tortura tus entrañas cada vez que haces algo que no deberías –insistió.
Su compañera se volvió a cruzar de brazos, perdiendo la paciencia.
–Lo único que noto aquí dentro es un mal rollo que te cagas. Vámonos de una puta vez.
–¿Qué? ¡Pero si acabamos de llegar! ¡Sois unas aguafiestas!
–Mira, Violet, no sé tú, pero yo no disfruto estando rodeada de tumbas, lápidas y nichos, con la incertidumbre de no saber si nos saldrá un psicópata con un hacha de entre las sombras dispuesto a partirnos por la mitad.
La joven estalló en carcajadas.
–¿Pero qué chorradas estás diciendo? Creo que has visto demasiadas películas de miedo.
–Lo que tú digas, pero yo me largo de aquí.
Su compañera se dispuso a cumplir sus palabras, pero la tercera chica la detuvo con una sencilla frase que les puso a todas la piel de gallina:
–Allí hay un hombre que nos está mirando –susurró, señalando la dirección con el mentón.
Sus dos amigas se giraron lentamente para verificar sus palabras y, por desgracia, comprobaron que tenía razón. No muy lejos de ellas se adivinaba claramente la silueta en penumbra de un hombre alto, situado al lado de una lápida y con el hombro apoyado en el tronco de un árbol.
–Joder, Violet –maldijo su compañera, aterrada.
–Lleva un rato ahí parado –explicó la otra, titubeante–. No os he dicho nada porque estabais discutiendo, pero no ha dejado de observarnos ni un solo momento.
Violet tragó saliva y separó inconscientemente los labios, intentando inhalar el aire por la boca en lugar de por la nariz, ya que le costaba un poco respirar. Se percató de que al expirar se formaba vaho, por lo que la atmósfera se había vuelto más fría. ¿Cuánto llevaban en el cementerio? Habría jurado que no más de diez minutos, pero entonces, ¿cómo había bajado la temperatura tan repentinamente?
–Será el guarda –logró murmurar.
–¿El guarda? –su amiga le miró con los ojos como platos–. Ya, claro. Entonces, ¿por qué coño no ha venido a echarnos del cementerio? ¿Eh?
Intentaba asimilar la información y restarle importancia, pero Violet tenía el presentimiento de que algo no marchaba bien.
–¡Te diré porqué! –estalló su amiga, fuera de sí–. ¡Porque es un puto psicópata, joder!
Violet sonrió inconscientemente.
–Yo no le veo el hacha por ninguna parte.
Su compañera le miró con la boca abierta.
–¿¡Te estás riendo!? –espetó–. ¡Esto no tiene ni puta gracia!
–Chicas... –la otra compañera las sujetó a ambas por las muñecas, aterrada–. se está acercando.
Se giraron rápidamente hacia el extraño y comprobaron con horror que llevaba más de medio camino que se interponía entre ellos recorrido. Sin poder evitarlo, sus amigas gritaron histéricas, muertas de miedo, mientras que Violet permanecía paralizada, rígida como una viga de hierro. Escuchó detrás de ella unos pasos apresurados, a la vez que los gritos de sus compañeras se debilitaban poco a poco. No le hizo falta girarse para comprender que habían salido corriendo. Intentó moverse, pero sus piernas no le respondían. Deseaba salir de allí, pero los nervios y la adrenalina la instaban a permanecer en el sitio, contemplando al extraño acercarse cada vez más. Para su sorpresa, llegó hasta ella antes de poder asimilarlo. Permaneció callado frente a ella, con una sonrisa burlona esbozada en sus labios, para posteriormente dar una vuelta a su alrededor como un león hambriento acechando a su presa. Violet temió por su vida. Un poderoso miedo anidó en su pecho, provocando que un mal presentimiento le calase hondo. Tal vez su amiga tenía razón. Tal vez fuera un psicópata que pretendía apuñalarle por la espalda, pero descartó la idea en cuanto volvió a tenerle frente a ella.
–¿Eres el vigilante? –tartamudeó.
–¿Tengo pinta de serlo?
La joven tragó saliva, recorriendo sus ropajes roídos con la mirada. A lo mejor era un vagabundo, pero las prendas era muy viejas, tal vez de principios del siglo XIX.
–¿Vienes de una fiesta de disfraces?
El extraño dejó escapar una risa melodiosa, negando lentamente con la cabeza.
–¿Vas a matarme?
Ladeó la cabeza y observó a Violet con un interés poco disimulado.
–¿Quieres que lo haga?
La muchacha tragó saliva, consciente del peligro.
–No.
Permanecieron unos segundos en silencio, tiempo interminable en el que la joven aprovechó para recorrerle fugazmente el rostro. No era feo; tenía unos rasgos angulosos, con los pómulos prominentes y la nariz recta como una regla, con el pelo castaño oscuro y una barba de varios días. Rondando la treintena de edad. La joven llegó a la conclusión de que si no se hubieran encontrado en aquella situación, le habría parecido un varón bastante atractivo.
–Eres muy valiente, Violet –sonrió un poco, aliviando la tensión que se había creado en ese espeso silencio–. No hay muchas personas que se adentren en un cementerio en mitad de la noche.
–¿Cómo sabes mi...?
–Tengo un oído muy fino –la interrumpió.
La muchacha no supo qué contestar.
–Hueles muy bien –prosiguió, con calma, recorriendo su cuerpo con la mirada–. A inocencia.
Violet se sintió terriblemente incómoda. Intentó moverse, pero seguía estando paralizada. El hombre atrapó un mechón de su cabello castaño claro y se lo llevó a la nariz, inspirando su aroma descaradamente.
–Me encantaría ver el brillo de tu pelo bajo la luz del sol. Aunque he de confesar que bajo la luz de la luna tampoco está nada mal –dijo, acercándose más a ella para poder impregnarse completamente de su aroma.
La chica tragó saliva, consciente de que aquel hombre estaba demasiado cerca.
–Me estás poniendo muy nervioso, Violet –susurró, hundiendo su nariz en el cuello de ella, notando como la sangre fluía descontrolada por la yugular.
–Yo... –intentó decir algo coherente, pero tenerle tan próximo le estaba trastocando los nervios, impidiéndole pensar con claridad.
El extraño se retiró lentamente, haciendo que sus narices se rozasen en un gesto apenas perceptible.
–Violet, como el color de mis ojos.
La joven clavó la vista en ellos por primera vez y se sorprendió al comprobar que tenían un extraño color púrpura. Quiso preguntarle si llevaba lentillas, pero algo en su interior le decía que ese color era completamente natural.
–¿Notas los nervios torturando tu vientre? –preguntó burlón, metiendo rápidamente la mano por debajo de su jersey y acariciándole la piel con la yema de los dedos.
Aquella invasión de la intimidad sacó a la joven de su ensimismamiento. Tenía ganas de decirle algo ingenioso que le dejase sin palabras, pero en esos momentos era ella la que no las encontraba.
El hombre arqueó una ceja ante su silencio.
–Tal vez los notes más abajo –deslizó rápidamente los dedos por dentro de su pantalón, atravesando la ropa íntima sin ningún miramiento.
Antes de que llegase más abajo, Violet le propinó un guantazo en el antebrazo, haciendo que del golpe tuviera que sacar la mano de entre su ropa.
–Ni se te ocurra volver a tocarme –exigió, frunciendo el ceño y apretando lo dientes.
El extraño rió, socarrón, antes de estirar el brazo y sujetarla por el cuello. No le hacía daño, pero apretaba lo justo para que no se moviera.
–No llevo bien las amenazas, Violet.
Se acercó aún más a la joven y en menos de lo que dura un parpadeo pasó su lengua por encima de los labios carnosos de ella. Se sintió asqueada, e intentó liberar su cuello de la mano que la retenía, sin obtener resultados.
–¡Suéltame! –gritó, entre forcejeos, notando como su cuerpo se libraba de la parálisis a la que se había visto sometido en un principio.
Comprobó con horror cómo su captor la observaba fijamente, sonriendo con picardía, entretenido.
–¡Suéltame, maldito psicópata hijo de p...!
Y antes de que pudiera terminar la frase, le selló los labios con un beso brusco y posesivo, liberando su cuello y colocando la mano detrás de su nuca, mientras que con el otro brazo le rodeaba la cintura y la apretaba fuertemente contra su pecho.
Violet emitió diversos gemidos quejumbrosos, indignada. Trazó de zafarse de él, pero al verse considerablemente más débil sólo se le ocurrió estirarle con fuerza del pelo corto. Comprobó con horror que apenas parecía inmutarse a pesar de estar poniendo todas sus ganas para lograr separarse de él.
El extraño cedió un poco para que la joven pudiera respirar, pero antes de que pudiese tomar una bocanada de aire, se inclinó sobre ella y clavó unos poderosos caninos en la piel de su cuello, rasgándola sin problemas y dejando fluir la sangre de su interior.
Violet gritó, notando un fuerte desgarro en su delicada piel. No era capaz de asimilar lo que estaba pasando y sin embargo, tenía la sensación de estar viviendo una película de terror. Todavía seguía con los dedos enredados en el pelo de aquel misterioso hombre, pero ya no tenía fuerza para seguir estirando. Intentó mantenerse en pie, pero sus piernas le fallaron. El vampiro la sostuvo con firmeza, impidiendo que cayera al suelo y siguió drenándola hasta que su pulso se ralentizó peligrosamente. Se separó de ella y lamió la herida que le había provocado delicadamente, consciente de que había sido muy brusco.
La joven empezó a ver borroso, sintiéndose increíblemente exhausta. Alcanzó a distinguir frente a ella al extraño, con los labios, la barbilla y parte del cuello manchados de color carmesí.
–Muchas gracias, Violet –la depositó cuidadosamente sobre el suelo, mirándola fijamente a los ojos–. Has sido muy amable. Espero que vengas a verme de vez en cuando.
Se inclinó sobre su cuerpo indefenso y besó sus labios con delicadeza, esta vez más relajado. Antes de que la chica perdiera la conciencia por completo, se despidió de ella con una frase acompañada por una sonrisa traviesa:
–Has estado deliciosa.

Comentarios

  1. Dios, como mola!!! Me encanta la forma que tienes de escribir y expresar cualquier cosa!!! Te admiro Sun :) Un beso!

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  2. Madre mía, al principio creí que la chica estaba loca, luego que el psicopatía ese quería partirlas en cachitos y luego que era un depravado sexual, pero un vampiro, no. xD
    Lo has ocultado muy bien hasta el último momento, y eso me ha cautivado.
    Me ha gustado mucho como se ha enfrentado a él, pero digo yo, ¿está niña no entiende que es la supervivencia?
    Quiero hacerte otra pregunta, no la ha matado, eso quiere decir que no esta muerta, ¿y puede decirse que puede haber otra parte? ¿Es o no es? xDDDDDDDD Me ha encantado, sin más que decir, el resto lo dices tú ^^
    Besazos.

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  3. Como diría Athenea: WOWOWOWOWOW. xD
    Me ha encantado, no se me ha hecho largo para nada. Al principio pensaba que era un vampiro, pero luego deseché la idea, y al final resulta que sí que lo es, ¬¬. Creo que ya te he dicho que me fascina tu forma de escribir; usas un vocabulario perfecto, pero no pedante, y narras con una ligereza estupenda.
    Creo que te he visto un fallito aquí: "Pues si le veamos nos volvemos por donde hemos venido"... creo que sería: "Pues si le vemos" o "Pues cuando lo veamos".
    Un beso, Sun. :)

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  4. Observo con enorme gozo que mi "wowowowow" está cobrando merecida fama entre vuestras mercedes XDDD.

    Ok, first of all: Violet me recuerda al personaje del mismo nombre de la serie "American Horror Story", no sólo porque se llaman igual, sino también porque ambas son igual de inconscientes al cruzarse en el camino de un ser sobrenatural.

    Secondly, yo al principio pensé que este buen mozo era un fantasma, no un vamp. He empezado a sospechar un poco con lo de las ropas del siglo XIX, que es el siglo en el que solemos enmarcar a los vampiros, no sé por qué. Bueno, sí sé porque: "Drácula", "Interview with the vampire" y demás novelas vampíricas se desarrollan en esa época.

    Por otro lado, el hecho de que el tío esté más salido que un gato calentorro es normal. Llevará tiempo sin provocar bocado. La pregunta que me hago es: el tío le ha dicho que espera que Violet vuelva a visitarle pronto. ¿Eso significa que la ha hipnotizado en plan "Sookeeh, you are MINE" o es simplemente la expresión de su deseo más oscuro?

    By the way, por si no me lo habéis notado, I loved this short story^^

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  5. (Si no lo digo reviento) ¡QUÉ EROTISMO! Esa faceta en plan malote del vampiro me ha recordado un poco a Damon (es inevitable xD) y me ha seducido por completo.

    Violet me parece una joven arriesgada, tal vez la parte curiosa y alocada que todas llevamos dentro.

    El relato en general me ha gustado y no se porqué sabia que ibas a escribir respecto a algún elemento/personaje sobrenatural, y por lo que veo no me equivocado. xD

    Y tal y como he podido leer en comentarios anteriores, ¿habrá segunda parte? ¡Di que sí! :D

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  6. ¡Hola, chicas!
    Muchas gracias a todas por pasaros a leerme y a dejarme un comentario. :) Me he reído mucho con vuestras conjeturas, jajaja, (que si un vampiro, que si un fantasma, que si un psicópata). x)

    Pues la verdad es que soy de las que opinan que "segundas partes nunca fueron buenas", así que lo más probable es que no continúe el relato. Pero no sé, no descarto del todo la idea. :)

    Muchas gracias de nuevo, chicas.
    Besos.

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  7. Holaaaaa!! bueno, bueno, bueno, me ha encantado. XDd Yo al principio también pensaba que era un fantasma, he caido en la cuenta de que no lo era cuando la ha empezado a toquetear XDD Al final nos hemos cruzado con un vampiro psicópata y algo depravado (mira que acosar a una chiquilla la primera vez que se la cruza.. ainsss estos vampiros XDD). Me ha encantado, ha sido muy sensual y yo pensando "Venga joder, reacciona" vamos... que si no la llega a poner entre la espada y la pared la chica tan normal, como si estuviera en su patio de instituto con un amiguete XDD. Bueno, lo dicho me ha gustado el tema, el planteamiento y el lugar (un cementerio, ya se echaba de menos =D). un besote muy grande y a ver si seguimos publicando cosillas eh!! XDD

    P.D: ¿Qué tal las clases?

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