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El local.

–Ten cuidado, aquí hay un escalón.
Tiró de sus manos con suavidad, arrastrándola lentamente hacia el desnivel del terreno que dificultaba el acceso al interior del edificio. La joven, con una venda ocultando sus ojos, alzó el pie y alcanzó el escalón sin problemas gracias a la ayuda de su guía.
–¿Me vas a decir ya adónde me llevas? –preguntó sonriente, sin poder reprimir su curiosidad.
El hombre que la acompañaba abrió una puerta acristalada, aguantándola contra la pared para que ella pudiera pasar. Le colocó una de sus manos detrás de su espalda para que supiera que seguía a su lado, que no se había ido, y la empujó cuidadosamente hacia el interior del local. Una vez dentro, el hombre cerró la puerta sin romper el contacto físico que les unía, situándose justo detrás de ella y acariciándole la venda que reposaba sobre sus párpados, lentamente.
–Ya hemos llegado –anunció, en un susurro sobre su oreja.
Sin querer le rozó el lóbulo con los labios, provocando que una descarga eléctrica recorriese su columna vertebral y torturase placenteramente sus nervios.
Su acompañante deshizo lentamente el nudo de la tela, liberando por fin la visión azulada de ella. Parpadeó varias veces y miró a su alrededor. Se encontraban dentro de un local vacío, sin muebles, con las paredes blancas manchadas de suciedad y el suelo cubierto de polvo. En un lateral había un largo pasillo que al final giraba hacia la derecha y varias puertas de madera incrustadas en las paredes, dando a entender que se trataba de un sitio bastante grande. Algunas ventanas recogían la luz del exterior, haciendo del sitio un lugar luminoso. Los muros remataban en un techo increíblemente alto, aumentando así la sensación de amplitud. Sin embargo, seguía estando todo hecho un desastre.
–¿Qué...? –empezó desconcertada, dando media vuelta para mirar al que había sido su guía–. ¿Qué es esto?
Esbozó una sonrisa de oreja a oreja, dejándola sin aliento. Antes de que pudiera contestarle, una de las puertas se abrió repentinamente, dejando paso a una mujer adulta vestida con un conjunto elegante. La puerta se mantuvo abierta durante unos segundos, permitiendo que la joven viera a varios hombres al fondo de otro pasillo.
¿Obreros?
–Hola, buenos días –saludó en inglés, acercándose a ellos con paso decidido–. Tú debes de ser Sun Burdock, ¿verdad? –sonrió.
Aún no había roto el contacto físico que mantenía con aquel hombre, pero no pudo evitar buscar su mano y apretársela con fuerza. Después de tantos años, la gente desconocida seguía produciéndole una gran desconfianza.
–Sí –afirmó en el mismo idioma.
La mujer se colocó varios mechones rubios detrás de las orejas, sin dejar de sonreír.
–Max me ha hablado mucho de ti.
Sun se giró hacia él, sin comprender nada. ¿Quién era esa mujer? ¿Y qué pintaban ellos dentro de ese local? Y como si le hubiera leído el pensamiento, respondió:
–Sun –empezó él en la lengua anglosajona, captando su atención de manera inmediata–, ella es Claire Clawson, una diseñadora de interiores. Va a decorar el local. Tu local.
Sus palabras la dejaron anonadada.
–¿Qué? –zarandeó la cabeza, confusa–. ¿Cómo...? ¿Cómo que mi local?
El pelirrojo estiró suavemente los labios.
–Lo he comprado –dijo sin más.
–¿Qué? –Sun se pasó al español, con los ojos como platos, sin poder creer sus palabras–. ¿Es broma? –preguntó, consciente de que estaba completamente en serio–. ¿Por qué lo has hecho?
Max arqueó una ceja.
–¿De verdad necesitas que te conteste a eso? –inquirió, devolviéndole un suave apretón en la mano.
La joven le miró con ternura, pensando que no merecía a alguien como él a su lado, que era demasiado bueno.
–¿Y un local para qué? –seguía sin comprender esa parte.
–Para tus cuadros –confesó–. Estás en tu futura galería de arte.
Su corazón dejó de latir. Ni siquiera fue capaz de pronunciar palabra alguna.
–Claire va a remodelar completamente este sitio, pero teniendo en cuenta tus gustos –explicó, sonriente–. Tienes que supervisar su trabajo y si algo te desagrada se cambiará al instante. Tú mandas.
La joven se llevó la mano que tenía libre a la boca, todavía pensando que se trataba de un sueño.
–Pero... pero... ¿por qué lo has hecho? Te habrá costado una fortuna y aún tendrás que pagar a esta mujer y a su equipo de trabajo –le reprendió–. ¿Por qué te has gastado tanto dinero? No era necesario.
El pelirrojo puso los ojos en blanco, catalogándola como un caso perdido.
–Sabes que el dinero no me supone un problema –sentenció–. Además, es un regalo.
–Ni siquiera es mi cumpleaños.
No quería hacerle un feo pero le sabía terriblemente mal que se hubiera gastado ese dineral en ella.
–¿Y qué? No hace falta que sea un día especial para regalarte algo. Además, tus cuadros deben de estar en una galería de arte, no en casa muertos de asco.
Sun suspiró, sabiendo que no tenía nada que hacer contra un hombre tan cabezota. Esbozó una media sonrisa y se puso de puntillas para poder alcanzar sus labios. Max se inclinó automáticamente para poder recibir la muestra de afecto, todavía sin soltar su mano.
–Muchísimas gracias –le susurró ella.
El pelirrojo sonrió como toda respuesta antes de dirigirse nuevamente a Claire, que había estado observando la escena sin enterarse de nada.
–¿Cuándo estará hecha la reforma para poder abrirse al público?
–Supongo que en una o dos semanas –contestó– Habría que cambiarlo prácticamente todo, pero mi equipo y yo ya tenemos pensado el diseño y la decoración, por lo que el resto es cosa de los albañiles. Si nos entregas las llaves empezaremos mañana mismo. Estaré de supervisora y es conveniente que Sun también venga para que nos diga si le gusta o no el diseño y cambiarlo en el caso de que le desagrade.
–Está bien –aceptó él, dando su visto bueno–. ¿Tú qué opinas?
Sun le miró todavía sin poder creerse el regalo que le había hecho.
–Que estás loco –sentenció, entre pequeñas risas.
Antes de que pudiera responder algo elocuente, se abrió la puerta acristalada que daba a la calle y entró en el local un chico trajeado. Era joven, unos pocos años más mayor que Sun, con el pelo castaño y los ojos azules. Buen porte y sonrisa educada.
–Hola, buenos días –saludó.
Claire se situó junto a él.
–Este es Mark Williams, mi ayudante –le presentó–. Hizo unas propuestas muy buenas para el diseño de la galería. Estará también como supervisor durante la reforma.
El chico le tendió la mano al pelirrojo, que aceptó el apretón con la que tenía libre. Siguió el mismo método con la joven, pero ella le ignoró. Hubo un incómodo silencio, que fue roto por una Claire un tanto nerviosa.
–¿Qué tal si te enseño las instalaciones, Sun? ¿Te apetece verlas? Así te voy explicando los planes que tengo para este local. Seguro que te gustan.
La joven miró al pelirrojo, reticente, que le regalaba una de sus hermosas sonrisas. Era más que probable que le hubiera comentado a Claire su extraño carácter, –sin entrar nunca en detalles– y tal vez por eso se había ofrecido como guía, como vía de escape para alejarse del otro chico y de una situación tensa.
–Vale –respondió, después de unos segundos en silencio.
–Bien. Sígueme.
Cuando Claire empezó a caminar por el alargado pasillo que había en uno de los laterales, Sun dio un par de pasos detrás de ella, pero se detuvo en seco al notar que el pelirrojo no se movía del sitio.
–Ve con ella –dijo en español–, quiero quedarme a hablar con su ayudante un momento.
La joven tragó saliva y aflojó la presión que ejercía sobre su mano hasta que finalmente la soltó, sintiendo un enorme vacío a pesar de seguir estando junto a él. Max se inclinó hacia ella y depositó un suave beso sobre su frente.
–Te estaré esperando aquí –se despidió.
Sun empezó a caminar sola, detrás de Claire, sintiendo que su mundo se venía abajo con cada paso que se alejaba del pelirrojo. Un mundo que volvería a reconstruirse por sí mismo en cuanto volviera a reunirse con él dentro de unos minutos.

Comentarios

  1. Dios dios, es que, estan bonito y tan fantástico y tan... ¡perfecto! ... Ni siquiera me salen frases coherentes xDD

    A ver, es que cuando he empezado a leer algo me decía que era sobre Sun y Max ^^ Y cuando le ha enseñado el sitio estaba plenamente convencida que que le estaba enseñando un piso o una casa para que vivieran los dos, pero bueno xDD ¡Esto también está bien!

    Y bueno, el hecho de que estuviera tan pendiente de ella, que a ella casi le doliese separarse de él al final... es que no sé ni cómo expresarlo xD

    Sólo decirte que me has dejado con ganas de más (aunque no es novedad) y que me pasaría leyendo cosas tuyas, siendo que yo no soy de literatura romántica, precisamente xDD (soy de muertos, lucha, sangre, dolor, tragedias...) pero aún así me encanta todo lo que escribes, hija, no sé como lo haces n.n'

    En fin, que continúes, que esto vale millones ^^

    Un beso, K.

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  2. Me encanta Max, es el hombre perfecto en todo =) y me encanta que hagas relatos donde salen los dos y el amor que sienten el uno por el otro se haga palpable. Es maravilloso.

    Esperaré a ver más cositas de Sunny y Max =D

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  3. Ha sido un buen relato!! XD!! pero solo falta saber el porqué están tan unidos ahora, que ha pasado en ese vacio que falta?? XD!!

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  4. Ha estado chulo, aunque yo tengo una question for you: ¿es un relato inventado o realmente esto pasará en la historia? Porque Max ha sido muy monoso con Sun al comprarle el local para la galería :) Y Sunny, que no quiere apartarse de él... ¡Ains, qué lovely que son los dos! Se te echaba de menos por aquí, ¡un besín!

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  5. OMG!!! No había tenido tiempo de pasarme y yo como idiota te digo por tuenti que cuando vas a escribir algo sobre ellos XDD Y aquí estan!!! =D Me ha encantado y ¡¡DIOS!! Un a galería de arte para los cuadros de Sun!!1 .O. Dios, me has dejado con la boca abierta... esta Max está en todo XDD Ainsss Sunny!!! ¿qué pasa antes? ¿Y qué pasa después? XDd Eres malvada dejándonos con toda esta curiosidad dentro =P Un besote enorrrme y ha sido genial, tenía muchas ganas de saber de ellos ^^

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  6. Me pregunto por el hueco intermedio...
    De ser unos conocidos con una fuerte atracción y sentimientos sin desvelar a que le regale un local para sus cuadros, hay un buen trecho xDD
    ¿Cómo llevas la historia?
    PD. He actualizado mi blog, al fin escribo algo un poco legible, que últimamente no había manera... Aún así nada fuera de serie eh xD

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