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Sun's nightmare.

Le vi en el patio del instituto, en las pistas de fútbol, hablando con mi tío. Hacía viento. Y frío. Su pelo se zarandeaba de un lado a otro, revolviéndose y tapándole los ojos de vez en cuando. La ropa también le ondulaba debido al aire. Me miró durante unos instantes y se me encogió el corazón. Sonrió, observándome desde la distancia con detenimiento, ignorando las palabras de Fernando. Algo en mi interior me empujaba hacia él, tal vez la necesidad de tenerle cerca. Miré a mi alrededor, preocupada. Sentí un grato alivio al comprobar que no había nadie más en el patio que pudiera verme. Sólo estábamos nosotros tres, así que me armé de valor y caminé hacia ellos, un tanto insegura. Su sonrisa se hizo más amplia, proporcionándome la confianza que me faltaba para llegar hasta él. Mi tío continuó con su monólogo, sin reparar en mi presencia. Parecía estar obcecado en algo. Hablaba, pero no le entendía. No era capaz de escucharle, puesto que mis sentidos estaban pendientes de él. Max tampoco le prestaba atención. No le importaba ni su amigo ni el discurso que le estaba soltando.
Mi corazón se aceleró. Tenerle tan cerca me hacía daño, me asfixiaba. No podía soportar la idea de que hubiera apenas un palmo de distancia entre nosotros. Necesitaba tocarle, así que estiré el brazo con suavidad y alcancé su vientre con la yema de los dedos, por encima de la tela de su camisa. No dijo nada. Fernando continuaba parloteando, sin ver más allá de sus propias narices. Me costaba respirar. Su presencia me seguía produciendo un dolor insoportable, que no cesaría hasta que fuese enteramente mío. Tragué saliva y rodeé su cintura con mis brazos, apretándome contra él y hundiendo la cabeza en su pecho. Mi corazón seguía acelerado. Unos nervios poderosos anidaron en mi estómago, pero el sufrimiento desapareció. Max me acarició el pelo con delicadeza, así que alcé el mentón para poder mirarle a los ojos. Estaba serio. Algo iba mal. Fruncí el ceño. En ese momento me percaté de que mi tío se había callado. Me separé del pelirrojo y di media vuelta. Fernando seguía allí, mirándome con una expresión descompuesta, juzgándome acusadoramente. Abrí la boca para decirle algo, pero me pegó un guantazo tan fuerte que me tiró al suelo. Me puse en pie con dificultad, tambaleándome. No veía bien, estaba todo borroso. Aun así, alcancé a distinguir dos sombras alejándose de mí, ambas negras, pero una de ellas con una zona rojiza en la parte superior, donde debía de estar la cabeza.
Max.
Eché a correr detrás de él, desesperada, llamándole a voz en grito, suplicándole que se detuviera, pero mis piernas eran débiles y se movían con torpeza por el suelo del patio, provocando que la distancia que nos separaba se hiciese cada vez más grande. Empecé a llorar, angustiada. No tardé en tropezar con mis propios pies y caer al suelo como un peso muerto. Intenté ponerme en pie, pero no fui capaz. Mis músculos me fallaban debido al cansancio y el poderoso viento me zarandeaba de un lado a otro, como un títere. Escuché las risas burlonas de los cuatro repetidores antes de que se volviera todo negro.


* * *


Me desperté de golpe, llevándome una mano a la mejilla que había sufrido la bofetada de mi tío instintivamente. La pesadilla había sido demasiado real. Tanto, que notaba un suave hormigueo en la cara y una angustia desmedida en el pecho, oprimiéndome el órgano más importante de todos. Encendí la luz de la mesilla de noche y vi a Quemado tumbado a los pies de mi cama; había subido al segundo piso para dormir conmigo. Sonreí con tristeza mientras me hacía un ovillo envuelta en el nórdico, pensativa, intentando descifrar la extraña sensación que anidaba en mi estómago. Pensé en el sueño que acababa de tener e inevitablemente me acordé del pelirrojo, dejando a Fernando prácticamente en el olvido. Se me llenaron los ojos de lágrimas. Me había hecho daño. Muchísimo, en realidad. Los últimos acontecimientos me habían abierto una herida sangrante que tardaría bastante en cicatrizar. Precisamente por eso aquella pesadilla me había confundido sobremanera. No era capaz de comprender el dolor y la angustia que había sentido al verle desparecer ante mis narices, y no lo comprendí hasta pasada más de una hora en vela, meditando el asunto una y otra vez. Fue entonces cuando lo vi todo claro; estaba perdidamente enamorada, sin remedio, sin control. Tragué saliva, notando como el miedo atenazaba mis músculos. Había sido la primera vez que me había atrevido a reconocerlo y ni siquiera lo había dicho en voz alta. La única testigo de aquellos pensamientos era mi conciencia, que me llamó “descerebrada” en cuanto se lo hube confesado.
Siempre había sabido que Max me gustaba, me atraía, me llamaba irremediablemente atención, tanto física como psicológicamente, sin embargo nunca me había parado a pensar que aquellos sentimientos pudieran ser algo más. Hasta esa noche. Una lágrima descendió con rapidez por mi mejilla, colisionando contra la almohada en cuanto hubo terminado su trayecto. Me había enamorado del hombre equivocado. Una vez más me volví a sentir utilizada a la par que humillada. Se había aprovechado de mí, de mi inocencia y de mi ingenuidad. Me pregunté qué estaría haciendo el pelirrojo a esas horas de la madrugada y encontré la respuesta de inmediato: dormir. Estaba convencida de que no tenía mala conciencia, por lo que el insomnio no iba a ser un problema para él. Apreté los dientes mientras varias lágrimas se precipitaban kamikazes contra la almohada, siguiendo el destino de su predecesora. Me obligué a sentir rabia, ira y frustración hacia él, prometiéndome a mí misma que guardaría las distancias y que no volvería a dirigirle la palabra.
Apagué la luz y cerré los ojos con fuerza; mañana sería un nuevo día. Lo que no sabía era que iba a tener que romper la promesa que había hecho en tan sólo apenas unas horas.

Comentarios

  1. ¡Por fin lo ha reconocido! Está perdidamente enamorada del pelirrojo, cosa que ya sabíamos todos, pero ahora ella también se ha dado cuenta de que no puede ocultarlo más. Por otro lado, está el hecho de que se siente utilizada por él, de lo que deduzco que se ha enterado de que el interés de Max en ella era ayudar a su amigo Fernando y a ella misma a superar su trauma, pero no un interés en ella como persona o mujer. En cualquier caso, me ha gustado mucho el relato, la pesadilla muestra los temores de Sun a que su tío la descubra y a que Max la rechace, porque nuestro subconsciente no miente. Aunque nosotros nos empeñemos en negar la realidad, el subconsciente es más fuerte que nosotros. En fin, que me ha encantado, leches, jajajaja.

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  2. Muy buen relato, Edurne. Con un ritmo genial y unos giros magníficos. Además, cada vez que te leo noto la evolución progresiva que tu escritura está experimentando, convirtiéndose cada día en un trabajo mucho más elaborado. No dejes de escribir nunca, por favor:)

    Sun siempre me ha parecido muy entrañable, aunque quizá al principio -cuando empecé a leer los primeros capítulos que subiste hará ya un montón-, para mi gusto, le faltaba elaboración. Ahora la he podido identificar completamente, puedo sentir su esencia como única destacando entre el resto de personajes y su historia personal completamente acabada. Mis felicitaciones.

    Ojalá acabe con Max. Los pelirrojos me dan buenas vibraciones.

    Un besito:*

    Karlie Lifante Baeza

    (El anterior lo he borrado porque quería comentarte con esta cuenta)

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  3. A estas alturas ya no sé cómo expresar lo que me provocan tus relatos, en especial los que conciernen a Sun y Max.
    Y coincido enormemente con Karlie; llevo siguiéndote casi desde tus inicios en el otro blog y hay una evolución enorme entre lo primero que leí y este último relato.
    También debo decir que estoy convencida de que esta historia te la van a publicar, y lo digo muy en serio. No sé cuánto tardarán las editoriales en darse cuenta de lo que vale verdaderamente esta historia desde el momento en que envíes la novela a algún editor, pero, seriamente hablando, te prometo que verás tu libro en papel (y yo seré una de las primeras en comprártelo. Además conseguiré que me lo firmes y dediques sí o sí) Si hace falta montaré una editorial y te lo publicaré yo misma, porque el mundo no puede perderse esto.

    Y bueno, no tengo gran cosa más que decir; simplemente que me muero de ganas de leer la novela hasta el final ^^

    Un beso muy grande y sigue así ^^

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  4. Me has dejado de piedra, es tan realista que sorprende. Sun está cambiada la noto como más trágica y eso la puede volver más frágil. Pobrecilla, lo bueno es que al ser sincera consigo misma podrá afrontar las cosas que venga con otro pensamiento y eso la dará ventaja sobre su situación anterior al poder decidir con más claridad dónde está ella y dónde está Max.
    Un relatpo muy profundo, me ha encantado querida Edurne mía!! XDD Siento haber tardado tanto en pasarme, y referete a lo de publicarlo, ya sabes que estoy segura de que en cuanto un par de editoriales le echen el ojo, te lo van a aceptar. La historia es muy buena, engancha y el público al que va escrito es muy amplio. Lo tiene todo!!
    No me enrrollo más un besote enorrrme y ha seguir bien (espero que la uni vaya de miedo eh!!) ^^

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  5. Es sorprendente, que, después de tanto tiempo se de cuenta ahora, no se cuanto habrá pasado desde la última vez que leímos un capitulo hasta este momento, pero veo a Sun más madura, sensible y distante... Como si en vez de mejorar, o cambiar, solo hubiera empeorado por alguna razón, he sentido toda la angustia y el dolor que ella siente en la pesadilla, cuando quiere tocarle y sentirle y cuando al fin se atreve, sabe que no van a poder estar juntos, porque siempre habrá algo (o alguien) que se lo impide.
    Me a encantado.
    No tengo palabras, echaré mucho de menos la historia hasta que la publiques.

    Besos.

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