Reseña de «Qué fue de los Mulvaney».

 Título: Qué fue de los Mulvaney.

Autora: Joyce Carol Oates.

Editorial: Lumen.

Género: drama, ficción.

Número de páginas: 758.

Encuadernación: tapa blanda con solapas.

Precio: 23’90€

 

Sinopsis:

Los Mulvaney son un ejemplo de familia feliz. El padre es un hombre apuesto, trabajador y sensato; la madre, una mujer encantadora y dicharachera, y los hijos, Mike, Patrick, Marianne y Judd, el broche de oro a un matrimonio idílico. Viven en High Point Farm, una granja de ensueño que será su infierno a partir del día de San Valentín de 1976, cuando un oscuro suceso cambia por completo la vida de Marianne, y los Mulvaney inician su declive. El narrador de la historia es Judd, periodista y el menor de los hijos, quien revela la verdad de su familia y de un país entero.

Historia íntima y a la vez épica, Qué fue de los Mulvaney se disfruta como una buena pieza de jazz: un motivo recurrente, casi obsesivo, se amplía, cambia de tono, y al variar nos ofrece facetas siempre nuevas de una realidad que ya creíamos conocer. Al acabar de leerla, los Mulvaney se quedan con nosotros, como suele suceder con ciertas melodías que ya forman parte de nuestra vida.

 

Opinión personal:

¡Ya era hora de que leyese algo de Oates este año! ¡Y justo elijo un libro larguísimo que me ha tenido entretenida más de un mes! Ya sabéis lo mucho que adoro las obras de esta escritora, así que tenía fichada la novela desde hacía tiempo. Por desgracia, no me ha gustado tanto como esperaba que lo hiciera.

Vamos con lo bueno y lo malo:

Puntos negativos:

Para mí, el principal, es que creo que le sobran muchas páginas. Entre 100 y 150, más o menos (puede que incluso más). Oates se recrea en continuas descripciones sobre los personajes, el entorno, las conductas, etc. Y, si bien esto enriquece la obra por la cantidad de matices que adquiere, es cierto que muchas veces se pierde en detalles ínfimos que ralentizan mucho la lectura.

Puntos positivos:

Una cosa que me ha fascinado es que esta novela es, básicamente, un retrato familiar. De alguna manera me ha recordado un poco a La casa de los espíritus porque la obra sigue a los protagonistas a lo largo de los años, centrándose en cada uno de los miembros de la familia Mulvaney (en cómo eran antes de X suceso y cómo han ido evolucionando a raíz de ahí). Es decir, el título está muy bien escogido.

Por otra parte, se nota mucho el especial cariño que le ha puesto la autora a la creación de sus protagonistas, a cómo los ha construido, al «antes y después». Todos son personajes redondos, desde los padres hasta los hijos. Sin duda, las personalidades de cada uno están muy bien perfiladas.

Asimismo, la ambientación es rica en descripciones y detalles. Empieza siendo bucólica, casi de cuento de hadas, y poco a poco el lector ve cómo todo se corrompe con el transcurso de los capítulos. Si bien es cierto que le sobran páginas, son estos detalles los que logran crear un cuadro familiar tan increíblemente realista.

Por último, otra de las cosas que me ha encantado es que se trata de una obra cíclica: empieza y termina de una forma muy similar. No obstante, el final tiene ese regusto agridulce que encoge el corazón y hace sonreír a partes iguales.

 

Puntuación: 7’5/10.