Reseña de «El hombre que se fue a Marte porque quería estar solo».

Título: El hombre que se fue a Marte porque quería estar solo.

Autor: David M. Barnett.

Editorial: HarperCollins Ibérica.

Traducción: Julio Fuertes Tarín.

Género: ficción, humor.

Número de páginas: 365.

Encuadernación: Tapa blanda.

Precio: 9’90€.

Sinopsis:

Thomas está perfectamente satisfecho yendo siempre por su cuenta, alejándose de los demás y de sus problemas. Pero bajo esa fachada gruñona se esconden una historia y una tristeza que a todos nos resultan dolorosamente familiares. Y está a punto de encontrar una familia que cambiara su manera de ver las cosas…

Un hombre que había dado el mundo por perdido. Una familia que le enseñará a vivir. El hombre que se fue a Marte porque quería estar solo es una historia irresistible y reconfortante sobre sobre amistades improbables y segundas oportunidades, perfecta para los lectores de La tentación de ser felices, El insólito peregrinaje de Harold Fry y Un hombre llamado Ove. Te hará reír, llorar… y reconciliarte con todos los cascarrabias que han pasado por tu vida.

Opinión personal:

Este libro llegó a mi vida gracias a mi madre, que se lo compró, se lo leyó y le gustó tanto que me lo recomendó. He de decir que me ha gustado bastante, aunque creo que no tanto como a ella.

Vamos con lo bueno y lo malo:

Puntos negativos:

En realidad, tiene pocos y los pocos que tiene están relacionados con mi gusto personal, por lo que son subjetivos. Por ejemplo: la trama del protagonista, Thomas, me ha parecido muy interesante —el hombre gruñón hastiado de la gente que decide irse a otro planeta para no tener que lidiar con nadie—, pero la trama de la familia Ormerod —compuesta por Gladys, Ellie y James— no ha conseguido atraparme lo suficiente. Creo que se debe a que toda esa parte es muy estresante y, aunque el autor ha metido un humor delicioso en la novela, la situación de la familia es desesperada.

Además, tampoco me gustan demasiado las historias —sean literarias o cinematográficas— donde los protagonistas son niños (Ellie y James son los nietos de Gladys).

Sin embargo, como he mencionado antes, estas cosas no son «fallos reales» de la novela, sino que están condicionados por mi gusto personal. Es posible que a otras personas no les molesten estos detalles.

Puntos positivos:

Creo que la mejor cualidad de El hombre que se fue a Marte porque quería estar solo es la ligereza de la historia. Es perfecta para leer en momentos de bajón gracias al humor tan maravilloso que ha conseguido introducir David M. Barnett. Además, también la podéis leer para salir de un bloqueo lector o entre lecturas más densas y pesadas.

Como bien dice la sinopsis, el lector encontrará en la obra momentos de todo tipo: graciosos, conmovedores, alguno un poco triste, pero nada que no vaya endulzado con una chispa de humor. Esto provoca que sea fácil encariñarse con los personajes (Thomas y Gladys son mis favoritos, sin duda). Además, el autor ha definido muy bien la personalidad de cada uno —incluidas la de James y Ellie— y ha logrado una historia bastante realista y cercana.

Por otro lado, no recuerdo haber visto ninguna errata y la traducción me ha parecido muy buena.

En resumen: si estáis buscando una historia ligera, cortita, entrañable y llena de humor, El hombre que se fue a Marte porque quería estar solo es perfecta para vosotros.

Puntuación: 7/10.