Reseña de «Los humanos».

 Título: Los humanos.

Autor: Matt Haig.

Editorial: Roca.

Traducción: Julia Osuna Aguilar.

Género: ciencia ficción.

Número de páginas: 312.

Encuadernación: tapa blanda con solapas.

Precio: 17’90€.

 

Sinopsis:

El profesor Andrew Martin de la Universidad de Cambridge acaba de descubrir el secreto de los números primos, encontrando al mismo tiempo la clave que garantizará el fin de la enfermedad y la muerte. Convencidos de que los secretos de los números primos no pueden dejarse en manos de una especie tan primitiva como los humanos, los vonadorianos, una civilización extraterrestre mucho más evolucionada, envían a un emisario para hacer desaparecer a Martin y a su descubrimiento. Y así es como un vonadoriano con el aspecto externo de Martin aparece con la misión de matar a la esposa, al hijo y al mejor amigo del profesor, pero no puede dejar de sentirse fascinado por esa fea especie y sus costumbres incomprensibles.

 

Opinión personal:

Este libro me llamó la atención cuando lo vi en una reseña de Booktube y llevo queriendo leerlo desde entonces. Así que, en cuanto me lo regalaron por mi cumpleaños, me puse manos a la obra. Sabía que la novela tenía todas las papeletas para convertirse en una de mis mejores lecturas de este año. Siento decir que no ha sido así.

Puntos negativos:

Lo que más me ha chirriado ha sido, sin duda, el estilo del autor. No es sencillo, sino simple. Apenas hay descripciones (o son muy escuetas) y, en mi opinión, muchas escenas ocurren de forma precipitada. No hay un tiempo de reposo para que el lector absorba los temas tan importantes que trata la obra, sino que la narración está escrita a modo de disparos de una metralleta. Le falta cuidado, pulcritud y mimo. Y es una verdadera lástima porque los temas que plantea el argumento son súper interesantes y, al no profundizar en ellos, se quedan completamente superficiales.

Por otra parte, esta precipitación en los sucesos también provoca que los personajes sean muy estereotipados, planos y estén poco trabajados.

Por último, a nivel personal debo decir que el hecho de que una civilización extraterrestre sea lo suficientemente inteligente y avanzada como para enviar a uno de los suyos a la Tierra, pero al mismo tiempo no haya estudiado a los humanos y no sepa nada de nosotros —costumbres, emociones, ética, etc.— me parece incoherente. Es decir, menudos alienígenas más chapuceros, ¿no? Saben que Andrew Martin ha hecho un descubrimiento de la leche y, sin embargo, desconocen las costumbres que predominan en su sociedad. En qué cabeza cabe que una especie tan evolucionada y racional no se documente al respecto para que su misión sea lo más eficaz posible. A mi parecer, eso hubiese sido lo más lógico.

Puntos positivos:

Tanto la idea principal como los temas filosóficos que surgen de dicha premisa (¿qué significa ser humano?) me parecen, no solo muy interesantes, sino de gran importancia. Y creo que el autor ha sabido mostrar a los seres humanos desde fuera, desde los ojos de una especie extraterrestre que no entiende nuestro comportamiento.

Por otro lado, el libro está plagado de situaciones que causan gracia por el choque cultural que se da entre el alienígena y los humanos con los que se relaciona. Reconozco que más de una vez consiguió hacerme reír. Además, la trama tiene un ambiente agridulce que también considero que está representado correctamente. A lo largo de la obra se ven escenas que para cualquier persona son tristes, incómodas o muy duras, pero como todo se ve a través de los ojos de un extraterrestre que no comprende lo que pasa a su alrededor, dichas escenas pueden llegar a ser humorísticas debido al choque cultural que comentaba antes. Por eso toda la obra tiene ese sabor agridulce que produce la mezcla de lo tierno con lo triste.

Por último, he de mencionar la extensión de los capítulos: son muy cortos (algunos ocupan solo media página). Esto agiliza mucho la lectura y estoy segura de que muchos lectores se leerán el libro en un suspiro.

En definitiva: es una obra de la que esperaba mucho y que se ha quedado a medio gas.

 

Puntuación: 7’5/10. Podría haber sido de sobresaliente, pero ha acabado siendo de notable.