Reseña de «Horror: Rebelión en la huerta».

 Título: Horror: Rebelión en la huerta.

Autora: Emilia Dziubak.

Ilustradora: Madlena Szeliga.

Editorial: Maeva.

Género: terror, ficción, libro ilustrado.

Número de páginas: 92.

Encuadernación: tapa dura.

Precio: 26’50€

 

Sinopsis:

Una comedia terrorífica y una tragedia hilarante.

Todo comienza y termina en el ser humano, es causa y consecuencia. Sus manos laboriosas cuidan la tierra. La aran. Siembran en ella. La abonan para que las semillas crezcan bien y vivan mejor. Él elige las mejores, las mete con ternura en la tierra. Las riega. Se enfada cuando el sol deja de calentarlas con su luz. Hasta les cantaría canciones de cuna si diera algún provecho. A veces lleva abejas para que les hagan compañía. Las cura cuando se enferman gravemente. Podrías confundirlo con un ángel si no fuera porque llega un día en que este ser humano se pone las botas de agua, saca una canasta de la despensa y empieza a arrancar, cortar y recolectar para seguir pelando, cortando, triturando, guisando o echando al agua hirviendo. No se para a pensar ni por un momento, ¿y si las frutas y las verduras tuvieran sentimientos?

 

Opinión personal:

El libro me llamó la atención desde que lo vi por primera vez en Instagram. La idea de recopilar diferentes historias de miedo a partir de un acto tan cotidiano como cocinar, poniendo el foco en la comida, me resultó de lo más curiosa, por eso no he podido resistirme a leerlo durante el mes del terror.

Puntos negativos:

En general, el estilo narrativo de la autora es simple. Es cierto que son relatos cortos y que ocupan solo dos páginas, pero me han sabido a poco. Para mí no llegan a tener el nivel de cuidado y exquisitez que poseen las ilustraciones que los acompañan.

Por otro lado y, quizá, debido a lo anteriormente comentado, los relatos no producen miedo ni desazón, ni incomodidad. Tal vez sea una lectura más apropiada para niños y adolescentes que para lectores adultos.

Puntos positivos:

Sin duda, lo mejor de todo son las ilustraciones y lo cuidada que está la edición. Cada relato tiene ilustraciones relacionadas con el mismo que ocupan los amplios márgenes de las páginas. Poseen infinidad de detalles y un estilo tradicional, bucólico, que recuerda a los cuentos clásicos.

Por otra parte, el texto respira mucho en las páginas gracias a la amplitud de los márgenes, al interlineado, así como a la tipografía y su tamaño.

Se nota que la editorial ha invertido dinero en el libro, porque tampoco hay erratas, el papel es grueso, el formato es grande, de tapa dura y a todo color.

En definitiva: si, como a mí, os enamoran los libros ilustrados, entonces este no puede faltar en vuestra estantería. Es cierto que la obra cojea en cuanto a la calidad de los relatos, pero merece la pena solo por las maravillosas ilustraciones que contiene.

 

Puntuación: 7/10.