Reseña de «Magnolia».

Título: Magnolia.

Autora: Diana Palmer.

Editorial: Harlequin Ibérica.

Traducción: Sonia Figueroa Martínez.

Género: romántica.

Número de páginas: 308.

Encuadernación: Tapa blanda.

Precio: 14’90€.

Sinopsis:

La Atlanta de principios del siglo XX era una ciudad de contrastes, un hervidero de actividad donde el comercio y la alta sociedad florecían entre los lánguidos ritmos sureños. A Claire Lang le encantaba vivir allí, pero la presencia de un hombre la turbaba en lo más hondo del alma. No estaba dispuesta a admitir cuánto la cautivaban los ojos oscuros y el apuesto rostro de John Hawthorn, pero la desesperación causada por una súbita tragedia la llevó a casarse con él a pesar de saber que el apasionado amor que le tenía no era recíproco.

Mientras la brisa dejaba a su paso el aroma de las magnolias, Claire empezó a despertar deseos intensos e inesperados en su elusivo marido... y ella, tras saborear sus besos y sus caricias, tuvo la valentía de luchar por él cuando se cernió sobre ellos un escándalo, un escándalo tan grande que podría acabar con su incipiente amor.

Opinión personal:

Antes que nada, debo aclarar que me leí el libro por primera vez en 2013 y que, dado que tenía muy buenos recuerdos de él, me lo volví a leer hace unos días. Sé que las relecturas son un arma de doble filo: el libro te gusta tanto como la primera vez, o no lo hace por X motivos.

Pues bien, debo ser sincera: Magnolia me ha gustado, pero no tanto como lo hizo en 2013. Aun así, considero que es una obra notable dentro de la literatura romántica y voy a explicaros por qué:

Puntos negativos:

La verdad es que no tiene ninguno grave, sino que son cosillas que tienen que ver con mi gusto subjetivo como lectora, en general, y también como lectora de romántica, en particular. Por ejemplo, las relaciones sexuales son explícitas y, a grandes rasgos, están bien escritas (hay las justas para que no le quiten protagonismo a la trama, las descripciones suelen ser sutiles y elegantes, etc.). Sin embargo, lo que no me gusta es que los dos protagonistas acaban marcados con moratones y arañazos. Esto se justifica con que son muy fogosos y, oye, puede ser, pero claro, a mí muy romántico no me parece. Quiero dejar claro que no es una relación sadomasoquista, ¿eh? Simplemente en el fragor del coito acaban hechos un cristo. Además, una de las escenas es tan exagerada que parece una parodia (esto lo comenté en Twitter porque me causó mucha gracia). En esta escena íntima de la que os hablo, la autora ha caído en los tópicos sexuales que se pueden ver en las películas románticas de baja calidad o en los libros eróticos simplones.

Otra de las cosillas que me ha chirriado es que Claire, la protagonista, es muy muy cabezota. No en el sentido de obstinada porque quiere conseguir sus metas, sino que está continuamente negando los sentimientos evidentes de John. A mí esto me producía mucha frustración, aunque puede que la autora lo haya hecho así adrede para despertar ese sentimiento en el lector.

Puntos positivos:

Me encanta el feminismo que hay en el libro porque es un feminismo muy sutil que está acorde a la época en la que se ambienta la historia. Además, Claire se sale del estereotipo de mujer sumisa e inocente que normalmente aparece en las novelas románticas. Claire busca desde el principio su independencia económica y no para hasta que la consigue, pues sabe que no su esposo no tiene por qué mantenerla. Asimismo, tiene las ideas muy claras y se ve claramente cuáles son sus principios y sus valores. Os juro que me encanta que la protagonista sea así, porque está muy bien integrada en la novela y no es una protagonista anacrónica: su feminismo está muy bien llevado, sin discursos morales de la autora. Por otro lado, John, el protagonista masculino, también está bien: tiene ese punto de picardía socarrona y, aunque empieza siendo bastante irritante, se ve una evolución —a mejor— en él. Esto lo considero muy importante: cualquier relación de pareja —ficticia— puede empezar muy mal, que los personajes se den cuenta y cambien a mejor. Mucho ojo con esto; no hay que confundirlo con los libros que romantizan las relaciones tóxicas porque en Magnolia NO se da ese caso.

Por otra parte, la trama es ligera. No hay un drama exagerado, sino que todo está muy bien medido para hacer una historia agradable, perfecta para entretener al lector durante unos pocos días y distraerle de sus problemas. Se lee con mucha rapidez.

El estilo de la autora es sencillo, aunque no simple. Sí que es cierto que me he encontrado alguna errata o alguna repetición, pero me han parecido más despistes tontos que se le han pasado a la traductora, que una mala traducción (o un mal estilo narrativo).

En resumen: Magnolia es un libro perfecto para aquellos románticos que deseen distraerse unos días, o que busquen una lectura rápida y ligera que les haga olvidar sus preocupaciones. También me parece una buena opción para aquellos indecisos que les dé reparo leer romántica o no sepan por qué libro empezar.

Puntuación: 7’5.