Reseña de «La danza del gohut».

Título: La danza del gohut.

Autor: Ferran Varela.

Editorial: El Transbordador.

Género: fantasía, drama.

Número de páginas: 116.

Encuadernación: leído en digital.

Precio: 2’90€.

Sinopsis:

La vida de Leara Viera, una mujer de sangre plebeya que ha conseguido el modesto rango de tutora de la Academia de Tiuma, cambia de rumbo el día en que recibe un inesperado encargo de manos del mismísimo Plenipotenciario de la ciudad. Gerrin, el primogénito de este, al que se dio por muerto hace cuatro años, ha sido rescatado del cautiverio al que una horda gohut lo mantenía sometido. La alegría del Plenipotenciario, sin embargo, se ve eclipsada por el hecho de que el joven Gerrin ha perdido el juicio: está convencido de ser un gohut y reniega de la cultura humana.

La misión de Leara consistirá en reeducarlo a tiempo para el siguiente otoño, momento en que Gerrin deberá participar en la batida anual de caza de gohut y cobrarse unas cuantas de sus pequeñas y rojas cabezas para limpiar el buen nombre de su familia.

Opinión personal:

Me animé a leer este libro gracias a la recomendación de Liberlibelula y he de confesar que me ha gustado más de lo que esperaba. Vamos con lo bueno y lo malo.

Puntos negativos:

No me he encontrado muchos, pero yo destacaría dos cosas. La primera, que la evolución de Leara me parece precipitada. Debo aclarar que se trata de una novela corta y, por lo tanto, no da pie a un desarrollo a fuego lento de los acontecimientos. Sin embargo, dicho personaje cambia su forma de pensar radicalmente y, si bien no sucede de un día para otro, en una historia tan cortita yo lo he sentido un poco así.

Por otra parte, me habría gustado saber más sobre el pasado de Leara porque apenas se sabe nada de ella (relaciones familiares, infancia, amigos, parejas, etc.).

Puntos positivos:

Creo que lo más destacable es la crítica social que plantea la obra, pues muestra dos sociedades radicalmente opuestas —una donde reina el caos/libertad absoluta y otra dominada por un orden rígido y compacto— que compiten y tratan de destruirse mutuamente porque se consideran mejor que el otro modelo. Además, de una forma más velada se critica el sistema penitenciario y la pena de muerte, apostando por la reinserción de los condenados en vez de por los castigos. Por otra parte, la obra muestra un amplio abanico de posibilidades a nivel romántico y sexo-afectivo, en contraposición con la habitual monogamia heterosexual. Esta diversidad enriquece bastante la novela y, junto con las críticas anteriormente mencionadas, hace reflexionar al lector sin necesidad de poner discursos morales en boca de los personajes. Es decir, los mensajes y denuncias están bien integrados en la trama. De hecho, yo no comparto algunos de dichos mensajes y no me han resultado molestos ni ofensivos porque la voz del autor NO se nota. No hay moralina, ni una intención de adoctrinar al lector.

Otro punto que me ha sorprendido gratamente es el estilo narrativo del escritor: está muy cuidado y, aunque describe algunas escenas muy crudas, lo hace de forma bella, con metáforas sutiles y trabajadas. Asimismo, se nota que la editorial se ha esmerado con la corrección de esta obra porque no me he encontrado ninguna errata.

También quiero destacar la trama que, además de estar bien hilada, tiene cierta intriga política, con algunos giros de guion que no me esperaba.

En resumen: si os apetece una novela corta donde destaca una fuerte crítica social bien integrada en la historia, con toques de fantasía y drama, esta historia es para vosotros.

Puntuación: 8’3/10.