Reseña de «Dios en persona».

 Título: Dios en persona.

Autor: Marc-Antoine Mathieu.

Editorial: Salamandra.

Traducción: Regina López Muñoz.

Género: novela gráfica, ficción, drama.

Número de páginas: 123.

Encuadernación: tapa dura.

Precio: 17’10€.

 

Sinopsis:

Despues de aguardar pacientemente en una cola, un hombre común y corriente se presenta como el mismísimo Dios. No tiene hogar, ni pasaporte, ni acreditación alguna como ciudadano, pero unos cuantos prodigios invitan a creerle, así que este enigma metafísico "en persona" muy pronto desencadena una tormenta mediática. Pasado ese primer momento de estupor, sin embargo, la algarabía dará paso a un juicio gigantesco contra ese "culpable universal".

Confrontando a su Dios con ciertas lacras de nuestro tiempo —los reality shows, la publicidad, la mercadotecnia—, y echando mano de un humor ácido y absurdo, Matthieu construye una fábula filosófica y moral que nos invita a reflexionar acerca de algunos de los conceptos más arraigados y nocivos de nuestra sociedad.

Opinión personal:

Mis padres me regalaron este libro en Navidad. Fue una sorpresa y un descubrimiento, porque no sabía que existía esta obra y me gustó mucho más de lo que esperaba.

Puntos negativos:

Solo hay uno y es muy personal y, por lo tanto, subjetivo. Es decir, no tiene por qué afectarle a otros lectores: soy atea, de modo que la aparición de Dios me parece muy poco realista. Creo que habría sido más acertado que se hubiese enfocado la historia desde una perspectiva más realista y probable para los humanos (la amenaza de un meteorito, como ocurre en la película No mires arriba, por ejemplo). Pero bueno, también entiendo que el autor posiblemente ha usado la figura de Dios para levantar ampollas entre los más creyentes, a modo de crítica, así que no lo veo del todo mal.

Puntos positivos:

La premisa de la historia no solo es original, sino que está muy bien desarrollada. Aunque las cosas que suceden a lo largo de la obra parecen surrealistas, lo cierto es que el autor ha sabido representar fielmente a la especie humana. De hecho, Dios en persona y la película No mires arriba van un poco por la misma línea, pero con tramas muy diferentes.

Por otro lado, creo que el estilo de las ilustraciones está muy bien elegido. Solo existen tres colores: blanco puro, negro puro y gris, dispuestos siempre en tintas planas (sin volúmenes o degradados). Esto produce luces y sombras muy duras, que a su vez crean una atmósfera más propia de una historia de terror que de una novela «surrealista», como es el caso. Aun así, el estilo funciona muy bien porque consigue darle un aspecto «turbio» a la obra, casi incómodo de mirar.

Además, otra cosa que me ha fascinado es cómo se van enlazando unas escenas con otras gracias a los testimonios de diferentes testigos. Nunca había visto nada igual en ninguna novela gráfica. De hecho, parece un recurso cinematográfico muy bien adaptado.

Por otro lado, creo que el final es redondo. Perfecto. Tal y como tendría que ser.

En definitiva: ha sido una obra que, sin esperarlo, me ha sorprendido muy gratamente por la originalidad de su trama y por lo bien que representa a los humanos.

 

Puntuación: 8’75/10.