Reseña de «Después de la lluvia».

Título: Después de la lluvia.

Autora: Mar Carrión.

Editorial: Versátil.

Género: romántica.

Número de páginas: 349.

Encuadernación: Tapa blanda con solapas.

Precio: 15’90€.

Sinopsis:

Cuando Amy Dawson, una reconocida autora de novela romántica, viaja a las afueras de Baltimore para documentarse sobre una de sus novelas, jamás podría imaginar que un atípico accidente y una tormenta de nieve iban a cambiar el resto de su vida. Por fortuna, la aparición de Zack Parker, un neurocirujano que está pasando unos días en su casa de campo, la salvará de una muerte segura. Zack es un completo desconocido, bastante distante y poco conversador, que después de rescatarla y darle cobijo en su cabaña, resulta ser la persona que hará que el mundo de Amy se desmorone como un castillo de naipes.

Varios meses después, el destino vuelve a interceder para que los caminos de Amy y Zack se crucen. La abuela de Zack conecta sus vidas a través de una herencia porque está convencida de que están hechos el uno para el otro, pero sus caracteres son tan dispares y sus planes tan diferentes que nada hace presagiar que la anciana estuviera en lo cierto.

¿O sí lo estaba? La dulzura de Amy es un arma letal que puede destruir el hielo que recubre el corazón de Zack para llegar a sus más oscuros secretos, y él es el prototipo de hombre que aparece en las novelas románticas y por el cual suspiran todas las mujeres. Bajo el marco lluvioso de la ciudad de Baltimore, en cada uno de sus encuentros la lluvia parece venir cargada de emociones y mensajes esperanzadores imposibles de ignorar.

Opinión personal:

Voy a ir directa al grano: el libro no me ha gustado y la reseña va a ser negativa. Ahora bien, todo lo que voy a decir a continuación estará justificado y lo expondré de la forma más respetuosa que pueda, aunque en algunos puntos me cueste. También quiero aclarar que yo no conozco a la autora de nada, ni he leído más libros suyos, así como tampoco los he leído de la editorial Versátil. Que este libro no me haya gustado NO significa que tenga algún problema con la escritora, con la editorial, o que el resto de libros que hayan publicado ambos sean malos.

También he de aclarar otra cosa: no he podido terminar el libro. Lo he dejado de leer en la página 311 de 349, por lo que creo que, aunque no lo haya acabado, sí que puedo hacer una reseña bien argumentada de la obra.

Y bueno, voy a hacer algunos spoilers que considero necesarios para poder defender mi postura. Ya estáis avisados.

Ahora sí, vamos por partes:

No voy a profundizar mucho en la trama porque la sinopsis es bastante extensa, así que me voy a centrar en mis impresiones y después mencionaré tanto los puntos negativos como los positivos.

No lo voy a negar, la sinopsis del libro me atrajo un montón y decidí darle una oportunidad. De hecho, el inicio del libro me gustó bastante. En serio lo digo. Empecé a leerlo muy ilusionada, notando las pulsaciones aceleradas cuando ambos protagonistas tenían los primeros encuentros. Sin embargo, conforme avanzaba la trama empezaron a chirriarme algunas cosas. Sobre todo eran comportamientos del hombre que no me gustaron en absoluto. Seguí leyendo porque pensaba que en algún punto del libro Zack cambiaría su actitud… y lo que vi me puso los pelos de punta.

Puntos negativos:

Voy a empezar de menos a más, por lo superficial:

La portada. Es posible que la gente que me lea no lo sepa, pero soy ilustradora titulada. No me considero una profesional con una gran experiencia, pero sí que creo que tengo los conocimientos necesarios para saber cuándo una portada es buena y cuando no. En este caso, la portada tiene muchos aspectos mejorables:

• El título del libro en cursiva dificulta su lectura. Sobre todo si la imagen se ve pequeña (como suele ocurrir en las tiendas online o en las reseñas del libro, por ejemplo).
• No hay una jerarquía entre el título y el nombre de la autora. Si os fijáis, ambos tienen el mismo tamaño de letra, cuando en realidad el título tendría que ser mucho más llamativo que el nombre de la escritora. (Hay excepciones, ojo. No hay más que ver los libros de Stephen King. Pero bueno, en ese caso se vende al autor porque es muy famoso, no al libro).
• Por otro lado, el montaje de Photoshop también podría haberse mejorado mucho. Se nota una barbaridad que la mujer es un recorte pegado sobre una playa.
• Y ya por último, pero no menos importante… Hasta donde yo he leído no he encontrado ninguna relación entre la portada y la historia. Es posible que esa relación aparezca en las últimas 38 páginas que me faltan por leer, pero de ser así… me parece un poco tarde.

    Siguiente punto:

Las casualidades abundan por doquier. De hecho, ocurren tantísimas que la obra se vuelve inverosímil. Este detalle lo estaba pasando por alto al principio porque la historia me estaba gustando, pero al llegar a la mitad… Es que me parecía muy descarado. Es decir, las casualidades son la excusa para que Zack y Amy se encuentren y puedan relacionarse entre sí. Al leer el libro me daba la sensación de que la escritora no sabía cómo hacer que ambos protagonistas tuvieran la oportunidad de ver al otro, de hablarse, etc. y que por eso tenía que recurrir a las continuas casualidades para que pudieran interactuar. Esto provocó que la relación entre ambos me pareciera inverosímil, claro. Me resulta bastante difícil de creer que a alguien puedan ocurrirle tantas casualidades. Creedme, no son pocas y algunas están cogidas con pinzas.

Algunos ejemplos de esto son:

• La mujer de Zack tiene una relación paralela con el marido de Amy. Amy descubre el adulterio de su esposo en el primer encuentro con Zack. Jolines, será que no hay personas en el mundo con las que poder mantener relaciones adúlteras, ¿no?
• Tanto la abuela de Zack como la de Amy están en la misma residencia ¡y se llevan bien! ¡Ahora cada vez que Zack vaya a ver a su abuela se encontrará con Amy!
• La mejor amiga de Amy está casada con el mejor amigo de Zack. Va a ser verdad eso de que el mundo es un pañuelo.

   Y hay más casualidades, ojo, pero creo que con las que he mencionado ya son suficientes. Prosigo:

Los personajes están hiper-idealizados. Esto es bastante frecuente en las novelas (sobre todo en las románticas), pero es que en esta están idealizados hasta los personajes secundarios. Vamos, que no hay ninguno feo. El único «normalito» es un personaje terciario, un enfermero —Lance Scott— que trabaja en el mismo hospital que Zack y con el que Amy acaba teniendo trato para documentarse sobre su nueva novela romántica. Pero vamos, es que él es la única excepción. Zack, por ejemplo, es un hombre altísimo, con cuerpo esculpido en mármol, de rasgos simétricos muy varoniles —esto se deja claro varias veces en la novela. Que son muy varoniles, nada afeminados— y con un miembro prodigioso digno del mejor semental. Es que hasta nos dicen que utiliza la talla XL de preservativos. (¿En serio esto era necesario?).

La historia es MUY previsible. En serio. He adivinado todas las cosas importantes que ocurren en la novela. Cuando el narrador contaba A, B y C, yo ya sabía que después iba a ocurrir D, E y F. Y efectivamente, así era. Es decir, no he visto ningún giro inesperado que consiguiera sorprenderme.

Los clichés están a la orden del día. He de decir que a mí me gustan los clichés siempre y cuando no haya muchos en la novela y estén bien desarrollados. ¿Qué clichés tenemos en Después de la lluvia?

Hombre experimentado y mujer inexperta, insegura e ingenua. Pese a que tanto Zack como Amy han estado casados muchos años, Amy parece bastante más ingenua e inexperta en los asuntos íntimos del dormitorio. (La relación de Amy duró cinco años de noviazgo y dos de casados. En ningún momento del libro se dice que no fuese feliz en esa relación o que tuviera una vida sexual mediocre. Entonces, ¿por qué sigue siendo tan ingenua?).

Chico malo y chica buena. Al principio de la historia he de decir que Zack despertó bastante mi interés, pero conforme avanzó la trama… me pareció un cretino redomado. El típico hombre con traumas adolescentes sin superar que desprecia a todas las mujeres y que, cuando aparece «la salvadora» que le escucha, que intenta comprenderle y que le quiere, la trata como una mierda porque oye, es que tiene traumas. Pobrecito.

Esto se puede ver aquí:

• Te aseguro que no necesitaría valerme de excusas para deshacerme de una mujer en la que no estuviera interesado. Pág. 217.
• Las mujeres que han pasado por mi vida solo han sido instrumentos para obtener placer (considera a las mujeres objetos, trozos de carne con una única función, vamos). Nunca he sentido nada especial por ninguna, el sexo ha sido lo único que me ha interesado de ellas. […] Me casé con ella, pero pronto comprendí que mi matrimonio fue un grave error. […] La desatendí por completo, no me involucré y la hice infeliz, así que ella decidió llamar mi atención del modo que más daño podía hacerme. ¿Y sabes por qué no la amé? […] Porque mi corazón es un jodido bloque de hielo. Pág. 218.

   Aquí he de añadir que la autora ha justificado esta actitud diciendo que Zack sólo se acuesta con mujeres que no quieren tener relaciones estables. Sin embargo, eso no le da derecho a tratarlas como si fueran objetos. Que una mujer sólo busque desfogarse no significa que sea un agujero donde meterla, vamos. ¿Qué quiero decir con eso? Que aunque el protagonista mantenga relaciones esporádicas, DEBE ofrecer cuidados y atenciones más allá de echar un quiqui y luego mandar a la chica a su casa. Eso no quiere decir que dichas relaciones vayan a convertirse en relaciones de pareja, sino que las relaciones sexuales que mantenga deben ser SANAS, sin ese tufo misógino que contamina toda la obra.

• Tú te mereces algo mejor. Pág. 219.

   Hay más clichés, pero voy a continuar con los puntos negativos porque va a quedar una entrada larguísima:

La toxicidad que desprende la historia en cada una de las páginas pone los pelos de punta. Y esto es algo que me ha revuelto las tripas, e incluso ha llegado a asustarme. Y mucho. Esto es sin duda lo peor de la novela. Me explico: a lo largo de la obra vemos que tanto Amy como Zack están colados hasta las trancas el uno del otro, pero Zack no quiere arriesgarse a mantener una relación estable con ella porque cuando era pequeño su madre le puso los cuernos a su padre, quiso abandonarle y él se suicidó. Después su madre se fugó con su amante y dejó a Zack bajo la tutela de su abuela. ¿Veis lo horrible que es esto? Y no me refiero a lo horrible de la situación (que también), si no a que las mujeres son las malas de la obra, las que tienen la culpa de sus traumas. Y no sólo eso, sino que la madre de Zack carga con la responsabilidad de un suicidio. O sea, su marido se suicida «por amor» porque ella le pone los cuernos. Evidentemente, el adulterio dentro de una relación monógama está MAL, pero suicidarse porque tu mujer te «amenaza» con irse con otro… ¿No os pone los pelos de punta? ¿No veis que es el clásico MANUAL que siguen todos los MALTRATADORES? «No voy a poder vivir sin ti. Si me dejas, me mato».

En serio, cuando leí eso sentí un escalofrío y fue el momento en el que decidí abandonar la lectura. Y no, la historia no está hecha así adrede. La historia está romantizando las relaciones tóxicas, ensalzando el amor tortuoso como el verdadero. Y es HORRIBLE.

Y no, si sufres, si la otra parte te está haciendo daño, NO es amor.

Pero, ¿por qué digo esto? Bien, prosigo con los ejemplos sacados del libro:

• Zack a Amy: ¿Me permites darte un consejo? […] Bueno, qué diablos, te lo daré de todas formas (porque mira, él decide sobre Amy independientemente de su voluntad). En lugar de quedarte sentada esperando que llegue el príncipe azul que no existe, deberías divertirte cuanto puedas y meterte en la cama con todos los tíos a los que no te has podido follar mientras estabas casada. (Porque claro, él mejor que nadie conoce las necesidades de Amy). Pág. 220.

   He de decir que Amy suele contestarle y pararle los pies, pero al final SIEMPRE acaba cediendo y yendo detrás de él (incluso cuando ella no tiene la culpa ni es la responsable de sus problemas).

• Amy se quedó mirándolo mientras trataba de entender por qué razón se estaba comportando como un cretino. Pág. 244.

Amy es plenamente consciente de que Zack la está tratando mal, pero está tan enganchada a él debido a la relación abusiva que mantienen que, al final, siempre acaba preocupándose por él y anteponiéndole a sus propias necesidades.

Zack a Amy: No lo soporto. […] ¡No soporto que otro hombre te mire como yo te miro, te toque como yo deseo tocarte, y mucho menos te bese como yo necesito besarte! Pág. 246.

Esto se lo dice un tiempo después de dejarle claro que no quería mantener ninguna relación estable con ella. Zack es como el perro del hortelano: ni contigo ni sin ti. «Y ni se te ocurra mantener ninguna relación con otro tío que no sea yo, porque te monto una escena de celos y te hago sentir culpable».

Chicas que me leéis, ¿esto no os da miedo? Porque a mí me aterroriza. En serio, es que me parece tan peligroso que este tipo de historias se vendan como «románticas»… Se me pone la piel de gallina. Se me revuelve el estómago. ¡A todas luces, es una relación de maltrato romantizada!

¿Qué he dicho al inicio de esta reseña? Que al principio la historia y la relación me estaban gustando. Porque al principio, aunque con sus más y sus menos, la relación era BUENA. Como ocurre en todas las relaciones abusivas… hasta que se tuercen.

Por último, decir que Amy se desvive por Zack, que está tan preocupada por él —por sus traumas—, que intenta ayudarle indagando en su pasado. ¿Y que hace Zack? En lugar de sentirse agradecido de tener a alguien que realmente se está preocupando por él, que realmente le quiere, le comprende y que está sacrificándose para que él pueda estar mejor… va y le cuenta la traumática historia de su padre suicida, la hace sentirse como la mierda más absoluta y la echa de casa, diciéndole que no quiere volver a verla:

—No tenías ningún derecho a destapar todo esto. […] Tuviste que inmiscuirte y fastidiarlo todo. […] No puedo perdonártelo, Amy, así que quiero que te vayas. Pág. 310.

—¿Significa que…?

—Significa que no quiero volver a verte. (¿Así tratas a la que se supone que es el amor de tu vida cuando se preocupa por ti?)

—Zack… […] Yo jamás pretendí herirte.

—Pero lo has hecho, y no te imaginas de qué modo. Quiero que te marches. (Amy intenta consolarle tras descubrir la trágica historia de su familia y él la manda a la mierda. Muy normal todo).

—Te amo. […]

—Ya te advertí que no lo hicieras. (Porque por supuesto, la culpa de todo la tiene Amy por enamorarse de él, no él por no superar sus traumas. No él por no acudir a un profesional, por no recibir ayuda psicológica, por encerrarse en sí mismo y tratar a las mujeres como objetos. Qué va. La culpa la tiene la única chica que está intentando «rescatarle» de sí mismo). Pág. 311.

Por cierto, el amor NO cura los traumas, las depresiones, ni ninguna enfermedad o trastorno mental. Chicas, que no os engañen con eso. Ninguna relación de pareja puede curar a alguien enfermo. El enfermo debe curarse con ayuda psicológica. El amor, en todo caso, puede ser un apoyo, pero NUNCA la solución. Y que no me venga nadie diciéndome: «Ay, ¿entonces los enfermos no pueden tener pareja?». Pues pueden, pero no deberían si no están en tratamiento. Y os lo dice alguien con muchos problemas emocionales, no una persona estable. Es decir: ¿tienes depresión y estás en pareja? Pues acude a un profesional, porque si no acabarás arrastrándola contigo. Tu pareja no tiene ninguna obligación de curarte, ni de salvarte o «reconstruirte».

Y ya por último, el broche final, la guinda que corona este inmenso pastel. ¿Sabéis qué ocurre en la segunda relación sexual que mantienen los protagonistas? Esto:

—Hazme el amor, Zack. […]

—No he traído preservativos, los he olvidado en la cabaña.

—No estoy en mis días fértiles. El riesgo es mínimo. Pág. 276.

Ale, con un par. En serio, imaginad mi cara cuando leí ese diálogo. Vamos a ver: aunque el riesgo sea mínimo, SIGUE HABIENDO RIESGO. Y no sólo de embarazo, sino de pillar una Enfermedad de Transmisión Sexual. SIEMPRE que se hace sin protección hay riesgo. SIEMPRE, incluso teniendo la regla. Y os recuerdo que Zack es neurocirujano. ¡Es un MÉDICO! ¡¡UN MÉDICO!! ¿Alguien me explica cómo un médico puede ser tan sumamente irresponsable con su salud y la de su pareja? (Imaginad qué podría haber pasado si a Zack se le hubieran olvidado continuamente los preservativos con sus múltiples amantes. Dios… ¡Qué peligro!)

En serio, es que me imagino a chicas adolescentes leyendo este libro —chicas inmaduras, manipulables, con poca autoestima e inexpertas— y se me ponen los pelos de punta. Es que todos los mensajes que manda la novela son tan horribles, tan tóxicos, que no sé cómo puede estar publicada, sinceramente.

Y mirad, los escritores no tenemos por qué ser los padres de nuestros lectores, ni los profesores, pero sí que tenemos una RESPONSABILIDAD con la gente que nos lee. Y hay mensajes que no podemos mandar a la ligera porque por suerte o por desgracia podemos influenciar —en mayor o menor medida— a la gente joven que nos lee.

Por cierto, lo mismo hay alguien con ganas de preguntarme lo siguiente: «Oye, ¿y cómo sabes que la novela no está hecha así adrede? ¿Cómo sabes que no es precisamente una crítica a las relaciones tóxicas y abusivas?» La respuesta es muy fácil: si la autora hubiera querido hacer una historia de superación del maltrato… ¿no creéis que lo habría avisado en la sinopsis? Podría haber puesto que, sin esperárselo, Amy se ve envuelta en una relación opresiva de la cual no sabrá cómo salir. De esa forma estaría advirtiendo al lector —indirectamente— de que dicha relación es tóxica y todos los comportamientos de Zack se leerían con otros ojos, os lo aseguro.

Pero no, en la sinopsis no pone nada. En la sinopsis nos venden una historia de amor con todas sus letras.

Además, es que no hay más que ver los comentarios que han dejado los lectores en la página Oh!Libro. A la mayoría le parece una historia de amor preciosa. Leedlos vosotros mismos:

Puntos positivos:

Lo único bueno que puedo decir de la novela es que el estilo de la escritora es sencillo, sin descripciones pesadas ni barrocas. Se lee con bastante rapidez, aunque a mí se me hizo cuesta arriba por todo lo que he comentado previamente.

Puntuación: siempre suelo poner las notas a la alza porque aunque haya aspectos mejorables, valoro mucho el trabajo y el esfuerzo que conlleva escribir una novela. Sin embargo, si aprobase este libro estaría traicionando mis propios valores. Lo siento. 4’5/10.