Autora:
Margaret Rogerson.
Editorial: Nocturna.
Traducción: Carmen
Torres y Laura Naranjo.
Género: fantasía, juvenil.
Número
de páginas: 368.
Encuadernación: Tapa blanda con solapas.
Precio: 16 €.
Sinopsis:
Todo el mundo sabe que los
elfos son tan arrogantes como inmortales y por eso les gusta que se los
retrate. Además, ansían el arte de los humanos porque ellos son incapaces de
crear algo que transmita vida. Isobel los conoce bien, pues se gana la vida
pintando sus rostros. Pero un día el príncipe del otoño entra en su taller y,
al retratarlo, comete un terrible error: plasma en sus ojos el dolor humano que
percibe en su mirada, un rasgo que cualquiera de sus súbditos consideraría una
debilidad. Tras recibir el cuadro, el príncipe regresa convertido en cuervo y
la acusa de traicionarlo ante su corte. La única manera de solucionarlo es que
Isobel se adentre con él en las tierras del otoño para restaurar su reputación.
No obstante, deberá tener cuidado: como afirman los elfos, siempre deseamos lo
que tiene el poder de destruirnos.
Opinión personal:
He de confesar que sufrí un
amor a primera vista con el libro. Recibí un flechazo directo al corazón en
cuanto vi la portada (los que me conozcáis un poco sabréis que mi estación
favorita es el otoño y esas tonalidades quebradas, terrosas, me encantan. Eso
sin mencionar que el dibujo y la composición son preciosos). Sin embargo, lo
que terminó de convencerme para comprar el libro fue la sinopsis. Aun así,
tenía miedo de que la historia me decepcionase.
No lo hizo.
Como bien dice la sinopsis,
Isobel, una reconocida retratista de Extravagancia, comete el error de pintar
las emociones ocultas del príncipe del otoño. Esto desata la ira de Grajo, que
regresa a su taller para llevársela a su corte con el fin de enmendar el
terrible error que ha cometido la protagonista. Durante su viaje, ambos deberán
enfrentarse a distintas dificultades para poder solucionar un problema mayor.
Puntos negativos:
No le he visto muchos, la
verdad. Sin embargo, sí que creo que a la historia le falta desarrollar un poco
el «mundo» de los humanos. Sí que se sabe mucho de los cuatro reinos de los
elfos, pero me ha faltado ver más la relación entre humanos y elfos, las distintas
ciudades que hay, etc., pues sólo hay constancia de una ciudad humana:
Extravagancia. Además, en algunas partes se menciona el «Otro Mundo», pero
apenas se dan detalles de qué es o en qué consiste y el libro es
autoconclusivo, así que esos puntos se quedan un poco descolgados.
Pero bueno, eso es lo único
malo que le veo a la historia. ¡Vamos a por las cosas positivas!
Puntos positivos:
Aunque hay algunos clichés
—protagonista masculino muy idealizado físicamente y protagonista femenina «del
montón», por ejemplo— considero que están bien desarrollados y no me han
resultado redundantes, ni molestos. Además, creo que Isobel tiene una
personalidad fuerte donde se ven también sus miedos e inseguridades, del mismo
modo que Grajo, pese a aparentar ser seguro de sí mismo, vanidoso y
egocéntrico, cae en errores, duda y muestra un lado tierno, dulce y sensible.
Esto hace que sean personajes trabajados que consiguen desmarcarse de los
clichés iniciales y hacer que estos pasen desapercibidos.
Por otro lado, el arte está
muy presente en la historia. Ya no es sólo que Isobel sea retratista, sino que
se describe —y muy bien, además— cómo trabaja con los pigmentos, el tipo de
pinceladas, su estilo artístico, las poses de los modelos, etc. Y para mí, que
he estudiado arte toda mi vida, es maravilloso encontrarme una novela así.
Los reinos de los elfos
están bastante bien creados. Se dividen en las cuatro estaciones, cada cual con
sus respectivas características. Asimismo, las descripciones de los paisajes
están muy muy bien logradas y eso es algo que otros libros suelen pasar por
alto. (En general, todas las descripciones son deliciosas. El estilo de
Margaret Rogerson es sencillo, pero está muy cuidado).
He de decir, también, que la
historia es muy original en cuanto a criaturas mágicas peligrosas se refiere.
No voy a entrar en detalles, pero me sorprendió muy gratamente descubrirlas.
Además, he de decir que hay
situaciones súper graciosas, ya sea por el contraste en cuanto a las costumbres
élficas y humanas, o por las diabluras que hacen Marzo y Mayo, las dos hermanas
gemelas pequeñas de Isobel.
Por último, decir que
también hay amor, drama y aventuras. No creo que sea un libro para un público
adulto, pero sí que estoy segura de que a los adolescentes y jóvenes adultos les
puede encantar.
A mí también me ha enamorado su portada. Tiene unos tonos preciosos, esos tostados otoñales son irrestistibles; sin embargo, nunca me había fijado en su sinopsis ni nada. Si lo pintas tan bien lo apunto a mi lista de libros pendientes.
ResponderEliminarUn beso, guapa. :*