Reseña de «Érase una vez dos princesas».

Título: Érase una vez dos princesas.

Autora: Katie O’Neill.

Editorial: La cúpula y Brúfalo Lector.

Traducción: Natalia Mosquera.

Género: romántica, LGTB.

Número de páginas: 57.

Encuadernación: Tapa dura.

Precio: 14’90€.

Sinopsis:

Cuando la intrépida Amira rescata a la dulce Sadie de la torre donde ésta se encuentra prisionera, ninguna de las dos esperaba que su planificada vida diera un vuelco. A medida que el vínculo entre ambas se hace más fuerte, descubren que juntas pueden afrontar sus miedos, aprender a aceptarse a sí mismas y llegar a ser el tipo de princesa que realmente querrían ser.

Acompaña a Sadie y a Akira en esta vuelta de tuerca a los cuentos de hadas clásicos que derriba uno a uno los clichés del género para descubrir qué significa realmente aquello de ser «felices para siempre».

Opinión personal:

En la entrada que publiqué hace unas semanas hablando de mis próximas lecturas —entre las cuales se encontraba esta—, comenté que me apetecía leerla precisamente por conocer un cuento romántico donde se rompieran los clichés que abundan en las películas clásicas de Disney. ¿Mi miedo? No poder disfrutar de la historia por ser demasiado infantil.

Pues bien, mis miedos se han cumplido.

Puntos negativos:

Lo que voy a comentar ahora no es un fallo del libro, sino mío (mío por no haberme informado sobre el público objetivo de la novela gráfica). Efectivamente; es un cuento infantil que va dirigido a niños pequeños. Como ya he dicho, esto no es malo en sí, pero me esperaba una historia para adolescentes y me ha decepcionado un poco.

Desde mi punto de vista de persona adulta, a la obra le falta más desarrollo porque, curiosamente, también hay algunos clichés (princesa encerrada en una torre por un familiar malvado y personaje heroico que ha de rescatarla). Es decir, sí se han roto los estereotipos de género, pero han vuelto a contar la historia de siempre. Que ojo, lo mismo la autora quería eso, aunque en mi opinión podría haberse inventado una historia completamente diferente y romper del todo con los clichés clásicos. ¿No?

También creo que todo ocurre de forma muy precipitada. Hasta cierto punto lo veo normal si es una historia infantil y ha de leérsele a un niño, aun así… no sé. Me esperaba más del libro, la verdad.

Puntos positivos:

Lo mejor, sin duda, es la diversidad. Aparecen personajes protagonistas del colectivo LGTB, racializados, personajes masculinos que se salen del papel de héroe y monstruos que al final no tienen por qué serlo. También hay personajes gordos, sin autoestima o muy autoexigentes. En ese sentido, me parece una lectura perfecta para niños porque les muestra un abanico más amplio de posibilidades. Desde mi humilde opinión, no hay que demonizar a las películas Disney, ni a las historias donde se muestren a mujeres dóciles e inocentes y a hombres heroicos. Siempre y cuando no haya relaciones tóxicas, esas personalidades son igual de válidas que cualquier otra. Sin embargo, sí que es cierto que se deben mostrar más posibilidades para que todas las personas nos podamos sentir identificados con distintos personajes y no tener siempre a los mismos referentes. Así que Érase una vez dos princesas cumple muy bien esa labor de visibilización.

Por otra parte, la edición del libro está muy cuidada. El papel es grueso, de calidad y el formato se ve sólido (resistente a niños traviesos, por ejemplo). Las ilustraciones tienen un estilo aniñado, atractivo para los más pequeños. Además, la gama cromática no es cerrada, sino que abarca un gran abanico de colores saturados, en general muy vivos, que llaman la atención.

En resumen: si tenéis niños pequeños y queréis enseñarles la diversidad que existe realmente en la sociedad, esta novela gráfica es perfecta para ellos. Sin embargo, si buscáis una historia elaborada, con personajes complejos y una trama consistente… no os lo recomiendo.

Puntuación: 6’7/10.